lunes, 24 de abril de 2017

Experiencia acumulada

Después de 4 meses viviendo en Québec ya tenemos experiencia acumulada suficiente como para escribir varios artículos de temas tan diferentes como el entorno laboral, el transporte público, la sanidad, la educación, el encontronazo cultural, las ayudas públicas y muchos otros.

Durante este tiempo han sucedido muchos acontecimientos y no todos gratos. De hecho, nos hemos llegado plantear tanto la estancia en esta provincia como en el país, cuestión que aún hoy, 23 de abril de 2017, no está resuelta. No obstante, para no escribir en un estado de ánimo que ponga más énfasis en lo negativo que en lo positivo de nuestro proyecto de inmigración, prefiero dejar esos artículos para más adelante.

De momento, simplemente voy a contar en qué punto estamos. Al llegar firmamos un contrato de alquiler de 4 meses renovable. Varios problemas han surgido que nos han llevado a mudarnos. Estábamos hasta ahora en un subsuelo casi sin luz natural y poca ventilación, entre otros inconvenientes. Actualmente estamos en un apartamento que representa todo lo contrario. Además, es muy cercano a la guardería de nuestra hija.

A nivel laboral, sigo trabajando en la misma empresa que me acogió, Jobillico, y en la que me encuentro sumamente a gusto, tanto por las tareas que realizo como por el compañerismo que hay. Sin embargo, mi esposa Laura, como profesora de español y de inglés y muy a pesar de su alta cualificación, ya que tiene un doctorado, está teniendo problemas para encontrar trabajo más allá de puntuales clases. En la universidad es difícil tanto por el hermetismo como por las pocas plazas disponibles. Y, en el sector de la educación pública o subvencionada, se exige el brevet o acreditación para enseñar, lo cual implica un trámite más a realizar.

En cuanto al tiempo, después de haber resistido un duro invierno (excepcional y atípico, según nos han dicho ya muchas personas), esta primavera está pasada por agua, siendo un día de sol por cada cinco, seis o siete nublados y, en la mayoría de ocasiones, lluviosos. De todos modos, cabe guardar la esperanza y fijarse en lo positivo: el hielo prácticamente ha desaparecido y, cuando nieva, no llega a cuajar.

Así pues, queridos lectores, atentos al blog porque estoy despertando del letargo invernal para seguir publicando nuestras peripecias.